Escucho cada ladrido como si fueran los tuyos. Desgarra el triste vacío que dejó tu adiós. En primera instancia rechazo, tus ojos nos conquistaron. Te ganaste un espacio en la familia que te adoptó. Nos enseñaste… lo que es amor entre ambas especies. Y lo que es fidelidad que tanto te caracterizó. Solo bastó tu presencia… para nuestra alegría. En momentos difíciles lo eran todo tus caricias. Cada Domingo se hizo sagrado. Pasear junto a ti… la Religión de cada fin de semana Por desgracia el paso de los años redujo tus zancadas. La vejez llegó de repente Y en nuestra alma el De Javú Tu cuerpo no respondía, aunque vivo. En tus ojitos de almendra brillaban tus intenciones de partir. No había salida, la decisión… El sacrificio.
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