Inocentes infantes
que intranquilos descansan.
en brazos de arpías
que se dicen sus madres.
En peligro de abismo,
sus vidas tan cortas.
Al volverse instrumentos en pro de la lástima.
Seducción de serpientes
caprichoso animal.
Que con rostro de súplica
la caridad quieren llamar.
Infortunio en su afán
en consecuencia tristeza.
Plegarias por Dios,
última instancia.
Sacrificio sin nombre
de críos pequeños.
A veces de uno,
a veces de arriendo.
Plegarias sincera,
mejor resultado.
A carencia del pobre,
del despojado.
Riesgos y manipulación...
¡¡Ya basta!!
Por: David Andrés Quinteros Fuentes)